Ayer a Granada volvimos,
a nuestra Granada.
De nuevo sus calles anduvimos,
aquí, donde nos conocimos.
Donde el amor a racimos
tuvo nuestra historia iniciada.
Alegre serpea el Darro amigo,
que el Paseo de los Tristes bordea,
con la Alhambra por testigo.
Paseo con nombre de castigo,
gitana maldición que ronea
hace mucho tiempo conmigo.
El Genil ha recordado,
al cortarse nuestra figura
sobre sus aguas oscuras,
aunque tanto ha pasado,
cuanto nos hemos amado
de su rivera en la frescura.
En la catedral, sus callejuelas
cargadas de mixtura de aromas,
mis ojos con los tuyos tomas
envueltos en té y canelas.
Estas piedras bajo nuestras suelas
están de pisadas de amor romas.
Sentémonos un poco ahora,
suspira profundo mi amada.
Mi alma muy quedo implora
por que la mujer que adora
deje de ser desdichada.
Siempre tendremos Granada.
a nuestra Granada.
De nuevo sus calles anduvimos,
aquí, donde nos conocimos.
Donde el amor a racimos
tuvo nuestra historia iniciada.
Alegre serpea el Darro amigo,
que el Paseo de los Tristes bordea,
con la Alhambra por testigo.
Paseo con nombre de castigo,
gitana maldición que ronea
hace mucho tiempo conmigo.
El Genil ha recordado,
al cortarse nuestra figura
sobre sus aguas oscuras,
aunque tanto ha pasado,
cuanto nos hemos amado
de su rivera en la frescura.
En la catedral, sus callejuelas
cargadas de mixtura de aromas,
mis ojos con los tuyos tomas
envueltos en té y canelas.
Estas piedras bajo nuestras suelas
están de pisadas de amor romas.
Sentémonos un poco ahora,
suspira profundo mi amada.
Mi alma muy quedo implora
por que la mujer que adora
deje de ser desdichada.
Siempre tendremos Granada.
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