El palio que esta noche me cubre,
negro encaje desgarrado
de luciérnagas tachonado,
ilumina el tronco que se pudre.
Del árbol que ayer albergara
dos corazones enlazados
por una flecha cruzados
que un día mi navaja grabara.
La pútrida madera aún sustenta
memoria herida de amados
momentos, mucho ha ya pasados,
que la corteza de mi alma atormenta.
Por lóbrego musgo, terciopelo,
los corazones son tragados.
De lechosos líquenes plagados
el tronco y mi alma gritan al cielo.
negro encaje desgarrado
de luciérnagas tachonado,
ilumina el tronco que se pudre.
Del árbol que ayer albergara
dos corazones enlazados
por una flecha cruzados
que un día mi navaja grabara.
La pútrida madera aún sustenta
memoria herida de amados
momentos, mucho ha ya pasados,
que la corteza de mi alma atormenta.
Por lóbrego musgo, terciopelo,
los corazones son tragados.
De lechosos líquenes plagados
el tronco y mi alma gritan al cielo.
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