Plañidera campana me despierta.
Gentes extrañas llenando mi casa.
Estoy desnudo y a mi lado pasa
la mi amada de luto cubierta.
Plañe de nuevo la campana incierta.
Busco sus ojos, mi intento fracasa,
ya su mirada mi cuerpo traspasa,
ya la su boca un gemido liberta.
Llora y abraza un cuerpo inerte,
claro percibo en él mi trasunto.
Plañe de nuevo y toca a muerte.
Dobla de nuevo y ya no pregunto.
Tañe y comprendo cual es mi suerte.
Suena de nuevo el toque a difunto.
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