miércoles, 7 de enero de 2009

Viejo

El tibio Sol del invierno
calienta mis huesos cansados
señal de los años pasados
sin sentir, como en un sueño.

La vida se ha escapado
y solo veo perplejo
asomado al reflejo
que mis sienes se han nevado.

De aquel joven que ayer fuera
este cuerpo es hoy prisión;
es el mismo corazón,
otro el que veo sin fuerzas.

Y me miro en el espejo,
y no puedo comprender
como ayer, tan solo ayer
era joven y hoy soy viejo.